A primera hora de la mañana, justo cuando sale el sol es el momento del día en el que tengo un ratito de tranquilidad para poder escribir y poner en orden todo lo que tengo que hacer durante el día que empieza.
Ahora la pequeña duerme y en breve se despertará y yo estaré por ella; durante el rato que compartimos mi hija y yo, no hablo por teléfono y soy 100% madre…y es que en este momento de mi vida opto por la calidad y por centrarme en lo que ahora es lo más importante en mi vida: la familia.
A las 9:30h me voy a repaso y no veo a mi hija pequeña hasta las 12h. Durante este lapso de tiempo tengo sesión de coaching con una paciente que empieza a las 10:15. Al acabar voy a recoger a la pequeña y juntas paseamos al perro para ir después al aeropuerto a buscar a mi hija mayor; que aprovecha muchos fines de semana para venir. Las tres juntas nos vamos a casa de mis padres y comemos todos allí para después compartir la tarde.
Ayer cuando me llamaste por la tarde estaba en medio de una terapia. A día de hoy estoy tratando a 10 personas, los que equivale a 15 horas, más las meditaciones que tengo que hacer después para equilibrar el cuerpo y la mente de nuevo. También tengo que preparar una formación en noviembre y estoy centrada en mí y en lo que necesito. Me doy cuenta que en esta etapa de mi vida estoy fluyendo y dejando ir lo que no es fundamental, el cambio es tan grande y tan profundo que a veces ni me reconozco.
Hablo poco por teléfono, ya no explico mi vida y vivo centrada en mí y en mis necesidades. He pasado de vivir para los demás a vivir sólo para mí…y lo que es más importante, necesito y siento que quiero seguir así: explorando este camino que me lleva a una vida mucho más plena.
A este cambio que estoy viviendo le llamo EL CAMINO DE LA LIBERTAD, y en este camino no sé si nos encontraremos o no.
Yo seguiré viviendo mi vida teniendo siempre presente lo que considero es el regalo más grande al ser humano: la libertad de decidir cómo y con quién queremos vivir.
Los amigos también cambian, como todo en la vida; nosotros ya no somos como éramos y ya no coincidimos en las cosas que antes coincidíamos…y lo que tengo que hacer es dejar fluir y respetar que ya no estás en el centro como antes y que necesito abrir la puerta a otras personas que comparten más mi sentir y mi vibración en este momento de vida.
Escribo esto sin acritud lo escribo desde el amor y recordando todo lo bueno que hemos compartido en nuestra relación.
Te dejo por ahora, voy a seguir viviendo con estas palabras mágicas resonando en mi corazón: LIBERTAD y CRECIMIENTO PERSONAL.
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